DECIMO SÉPTIMA SEMANA: La incursión de don Camilo en el mundo periodístico

1921-1924. La incursión de don Camilo en el mundo periodístico.

A inicios de los años de 1920, don Camilo le cedió la administración de la finca “Los Diamantes” a su concuño, don Porfirio Oduber, e incursionó de lleno en el ámbito de la prensa y el periodismo. El Diario del Comercio se había cerrado a finales del siglo diecinueve, y don Camilo se propuso invertir para reactivarlo. Con tal propósito, adquirió la maquinaria de la Imprenta Minerva y asumió el rol de Director-Propietario del periódico. Su jefe de redacción era el señor Joaquín Vargas Coto, casado con Anita, la hermana de su cuñada, Lolita Gené Calsamiglia, esposa de su hermano menor Leon. De tal estirpe surgió luego la generación de los hermanos y hermanas Vargas Gené, quienes dejaron una profunda huella en el periodismo nacional. Don Camilo era un hombre dinámico y apasionado por los proyectos que emprendía y en su periódico exigió un alto estándar de profesionalismo, con periodistas de la talla de don Vicente Sáenz y don Joaquín Vargas Coto. Asimismo, su hijo Enrique se unió a la empresa desde sus años de secundaria, primero de manera informal, aunque al concluir el curso lectivo de 1923 ya entró a trabajar a tiempo completo y asumió, a sus diecisiete años recién cumplidos, la administración del periódico. Lamentablemente, todos estos esfuerzos no rindieron el fruto esperado, pues en agosto de 1924 el periódico cambió su nombre a Diario La Opinión, para cerrar un par de meses después, si bien Enrique siguió siendo el administrador hasta su clausura. Don Camilo, por su parte, se ocupó desde entonces de la Fábrica de Café, localizada en la Ave. 10, por la iglesia de la Dolorosa, que su esposa Felicia había heredado de su padre, don Justo, aunque siempre continuó escribiendo artículos de opinión.

Mientras don Camilo dirigió el Diario del Comercio, su hijo Enrique lo acompañó en sus esfuerzos