Tras su graduación de secundaria en el Liceo de Costa Rica, al no existir Facultad de Medicina en el país, Jorge decidió estudiar Farmacia por un tiempo, pues en la familia no contaban con el dinero suficiente para pagar sus estudios en Bélgica, lo que era su sueño, debido a que ya otros médicos nacionales se estaban formado allá. Su tío, el Dr. Rodolfo Espinoza, se había trasladado con su esposa Leonor a Guatemala, unos años antes, donde instaló su propia clínica en la ciudad capital. Así, él le propuso en 1926 facilitarle el viajar a Guatemala para hacer sus primeros años de Medicina en la Universidad de San Carlos y realizar sus prácticas en su clínica particular. En Guatemala, Jorge retomó contacto con los descendientes de Federico Köng y Marie Ossaye, sus tío-abuelos, quienes le ofrecieron hospitalidad en la casa familiar. Ocho décadas después, su sobrina Olga Madriz de Mézerville, también pudo renovar lazos con esos parientes y hospedarse en la residencia de Ana María Köng de Rivera, quienes evocaban la estadía de su tío allá. Más aún, en Guatemala Jorge mantuvo relación cercana con el Dr. Julio Samayoa Klée, hijo de don José María Samayoa, quien fue su tutor en la Escuela de Medicina. Él lo presentaba como sobrino nieto suyo, pues siempre había visto a Emile de Mézerville en calidad de hermano mayor, por parte de padre. Tras un par de años, la situación financiera de don Camilo mejoró, lo que hacía posible que Jorge continuara con sus estudios médicos en la Universidad Libre de Bruselas. Por tal razón, le realizaron en San José los trámites legales para su naturalización costarricense, dado que los hijos de don Camilo tenían la nacionalidad francesa. Esto le permitiría a Jorge no ser conscripto por el gobierno francés para hacer servicio militar en Francia, como sí lo hicieron sus hermanos Julio y Enrique. De manera que, en los primeros meses de 1929, Jorge se embarcó en Puerto Barrios, Guatemala, rumbo a Europa, para llegar hasta Bélgica y cumplir allí su sueño de ser médico.