He sido cercano con mis primos de Mézerville Cantillo desde el Colegio La Salle, y con León, el menor, nos enfrentábamos en los campeonatos de fútbol en secundaria. También compartí con él y otros dos compañeros suyos de Premédica, en la UCR, “Fundamentos de Matemática”, impartido por el Dr. Gil Chaverri, creador de la Tabla Periódica de los Elementos basada en la Estructura Electrónica. Nos sentábamos en primera fila del auditorio de Ciencias y Letras, lleno de alumnos, y destacamos en ese curso.
Uno de los mejores amigos de León, a lo largo de la carrera de Medicina, fue Carlos Esquivel Angulo, que se casó con una enfermera norteamericana de los Cuerpos de Paz, a quien conoció durante su servicio social en la zona sur. Hoy, el Dr. Esquivel es reconocido, en el ámbito mundial, como un experto y pionero en trasplantes de hígado e intestinales a nivel pediátrico. Tras graduarse de médico en la UCR, él se especializó como cirujano, hasta el grado doctoral, en las universidades de Davis, California, y de Lund, Suecia. Después, a su regreso en EE. UU., se capacitó en trasplantes multiorgánicos bajo la dirección del Dr. Thomas Starzl, en la Universidad de Pittsburgh. León, por su parte, hizo su posgrado de Gastroenterología en Costa Rica y un postdoctorado en enfermedades del hígado en la Universidad del Sur de California. Durante esos años, Carlos Esquivel y León de Mézerville permanecieron vinculados a la distancia y, en el año 1986, él invitó a León para realizar una práctica de un mes en Pittsburgh. Allí se dio un hito histórico cuando, hacia el final de su estadía, León tuvo la oportunidad de acompañar al equipo médico en la realización de un trasplante, asistiéndolos en el quirófano. Tras una larga intervención quirúrgica, los otros dos médicos se retiraron durante la etapa final, dejando que Carlos y León completaran el procedimiento. Entonces, en esos momentos, ambos tomaron conciencia de ser los primeros dos médicos costarricenses que, en nuestra historia médica, concluían una operación de esta índole en el extranjero. A partir de aquella relación tan cercana es que León de Mézerville estableció un puente entre Costa Rica y el Centro de Trasplantes de la Universidad de Pittsburg.
Esto allanó el terreno para que un equipo médico, dirigido por el Dr. Fernando Ferraro, e integrado por los Dres. Víctor Ruiz, Roberto Fernández y León de Mézerville, entre otros, se preparase, durante siete años, antes de realizar el primer trasplante de hígado en nuestro país. Aquella proeza médica ocurrió el 5 de febrero de 1993 en el Hospital Calderón Guardia, contando con el apoyo de un grupo de veintisiete personas. La operación, de una enorme complejidad, duró treinta y seis horas y fue un éxito total. Hasta el año 2002, según nos narraba León en una de nuestras reuniones familiares, él continuó participando en otra media docena de trasplantes, con un 80% de supervivencia de los pacientes hasta el momento de contarlo.
Medio siglo después de aquel curso compartido de Fundamentos de Matemática en la UCR, durante nuestro primer año universitario, pude constatar con León que uno de los dos estudiantes de Premédica que lo acompañaban allí era su amigo Carlos Esquivel Angulo, quien hoy dirige el Programa Pediátrico de Trasplantes de Órganos Abdominales en la Universidad de Stanford y la investigación con células madre para los trasplantes de riñón.